CONTADOR+1850 VISITAS (DE ANTES DE QUE SE JODIERA EL OTRO CONTADOR)

viernes, 28 de agosto de 2009

NO TODO ES LO QUE PARECE

No sé si he contado ya esta historia, pero yo soy así, mu pesao, y cuento las cosas hasta la saciedad.

En octavo de E.G.B. (13 años)me fui de viajes de estudios a las Islas Canarias y, en el colegio, nos daban unas papeletas para el sorteo de Loteria de Navidad para que el viaje nos saliera más barato.

Como no, ahí estaba mi amigo y compañero Javi para irnos los 2 a vender papeletas por los pisos de Graná. Una tarde íbamos los 2 hacía la C/Sto Tomás de Vva, dejando el Hipercor a un lado, y nos aparece un niño gitano de unos 7 años. Y se pone a decirnos que le demos algo, que le demos algo, que le demos algo, así en plan pesao.

Javi, que era el que estaba más cerca casi le mete un empujón. Menos mal que no lo hizo, porque, como pudimos nos lo quitamos de en medio y seguimos andando. A la vuelta de la esquina en la siguiente calle estaban esperando al chavea su padre, su madre, su hermano, su otro hermano, su tío, y yo que sé cuantas personas más. Plan: tocas al niño para que no te dé por culo, y aparece la familia que estaba escondida y te infla a palos por maltrato de menores. Tú a parte de la paliza te quedas sin un duro, que te quitan por las molestias.

No sé si es mi imaginación, o si realmente Javi y yo lo vimos, pero el mismo día u otro que estábamos vendiendo papeletas, vimos en la C/Arabial, en frente del Hipercor a una familia gitana dando una paliza.

Hace poco me contaron otra historia, no diré nombres pero ellos saben quienes son. Unos cuantos amigos estaban en una piscina, hasta aquí todo normal. En la piscina había un niño pequeño con gafas de buzo y cara de imbécil. Los padres del niño estaban pendientes de él desde fuera de la piscina, pero no le decían nada a lo que hacía, que era lo siguiente.
Llega el niño y le dice a uno de los amigos: "Perdone señor, pero es que me tengo que impulsar". Y acto seguido le mete una patada en las piernas y se impulsa para llegar al otro lado de la piscina. Lo hizo otra vez más, bajo la atenta mirada de su padre que no le decía nada, pero como se les hubiera ocurrido tocar al niño seguro que iban a aparecer allí toa la familia para dar ostias como panes. Mi conocido, por lo menos se desahogó diciendo: "Hay que ver al niño, será subnormal, la mierda del niño", y varias cosas más que seguramente hicieron que el mierda-niño no se acercara más por su lado de la piscina.

No hay comentarios: