sábado, 17 de julio de 2010
COSAS QUE PASAN EN LAS OFICINAS
Un día me contaron que, en una oficina cualquiera, de un sitio cualquiera, llegó una familia, un sábado por la mañana al poco de abrir, el padre, la madre, la hija y el abuelo.
En la oficina estaban trabajando y, como era verano, tenían el aire acondicionado puesto y hacía fresquito. En esto que llega la familia a la oficina y dicen: "Papá, quedate aquí sentado que no vamos a tardar".
Después de una hora, los trabajadores se acercaron al abuelo y le preguntaron si tenía sed y si iba a tardar mucho su familia, él respondió que sí, que tenía un poco de sed y que no sabía dónde habían ido ni cuanto iban a tardar.
Tras otra hora, los trabajadores se acercaron al hombre y le ofrecieron unos caramelillos, para que tuviese algo con lo que pasar el rato.
Por fín, cinco minutos antes de cerrar la oficina y tras preguntarle al buen señor si su familia tenía algún número de teléfono de móvil para localizarlos, apareció la familia cargada de bolsas de ropa y demás historias y sin dar las gracias siquiera a los oficinistas, cogieron al abuelo que había estado toda la mañana fresquito y sin darles por saco en sus compras, y se lo llevaron.
Y es que, en este mundo hay gente con la cara muy dura.
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