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martes, 15 de diciembre de 2009

COSAS RARAS

No soy periodista, pero como si lo fuera, he realizado una labor de investigación que te giñas.
Ayer en las noticias salió Alejandro Fernández, cantante mexicano que ha sacado dos discos. Uno es pop y otro de rancheras, y en unas canciones dice cosas desafortunadas, como que si una mujer es infiel que cojas las pistolas y te conviertas en asesino de mujeres, o que le metas unas nalgadas.
Él dice que es sentido del humor negro y mexicano (los dos al mismo tiempo, uooo), lo de las nalgadas pasa, puede ser una expresión mexicana, pero lo otro, lo otro es chungo. Aquí en España las fans defienden a su cantante favorito sin discusión.

Y aquí viene mi labor de investigación, una de las canciones más famosas de Police, Every breath you take, habla de un tío al que su pareja le deja pero él dice en la canción que la va a acosar, que va a estar vigilándola en todo momento, y todo esto lo dice en el vídeo con una cara de loco que no veas. En la realidad se ve que en aquella época lo dejó con su mujer y le escribió esta "romántica" canción, pero si yo hubiera sido la tía que lo dejó le habría denunciado para que tuviese una orden de alejamiento.

Esta claro que puedes cantar y hacer lo que te dé la gana, pero siempre con un poco de respeto y saber hacer.

MOTOS DE CHOQUE


No recuerdo con que edad fue exactamente, pero tendría 10 u 11 años. Estaba con mi familia en la feria de Granada y mi madre me montó en las "Motos de choque", super variante de los coches de choque en las que los golpes te los llevas más calenticos.Como si de uno de los niños de la foto se tratara, empecé a dar vueltas por la pista y, antes de dar ningún golpe ni de que me lo dieran a mí, me salí del centro de la pista y me puse a circular esquivando a toda la peña.

Hubo algún desalmado que se me acercó intentando golpearme, pero yo lo esquivaba con bastante agilidad. Una de las vueltas que pasé junto a mi madre oí como un hombre al lado suyo decía: "Mira a ese chaval que no le dan y no da a nadie". Efectivamente, no le di a nadie y me lo pasé muy bien conduciendo la moto como si fuera de verdad. Y, es que, ya de chiquitillo se veía venir que soy un poco, pero poco, raro.