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sábado, 24 de abril de 2010

LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN

Puede que esta sea el inicio de una nueva saga de entradas en el blog, o puede que no, nunca se sabe.
La madre de una amiga de mi hermana Vivi (ella sabe quién es) le daba a sus paes pastillas de picapica, de esas que venden a veces enganchadas a una gomilla elástica a modo de pulsera, sí esas.

Las utilizaba de placebos porque sus padres tenían de todo y no tenían nada, me explico: cuando tienes 70 y pico años no estas como cuando tenías 20, pero a veces magnificas las molestias o no sabes vivir con ellas y, cuando te dan una pastilla o, se preocupan por ti, te sientes mejor (eso también les pasa a las personas jóvenes).
Era un show ver a la amiga de mi hermana y a su hermana yendo a comprar a la tienda de chuches del barrio la dosis semanal para los abuelos, puede que ellos se dieran cuenta y lo supiera, o puede que no, pero la verdad es que las gominolas les hacían mejor efecto que las pastillas de los médicos,