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viernes, 12 de marzo de 2010

HAY QUE ENSEÑAR A LOS NUEVOS


Ya sé que no me prodigo en el blog como antes, pero la vida es así, unas veces tienes más tiempo, otras veces menos, y otras ...
Tengo autorización para contar lo que voy a contar. Ya he contado varias cosas sobre mí y mis hermanos, y se ve que no somos muy normales, somos diferentes, nos pasan cosas y tenemos ocurrencias extrañas.
Mi sobrina Marina tiene un conejo. Tenía unos peces pero, ya no los tiene. LE ha puesto de nombre Tambor, como el de Bambi.
El conejo no se aburre, dice mi hermana Vivi que el otro día le dijo a su hija que se fuera a dormir y, Marina se llevó al conejo, lo puso a los pies de la cama y le dijo: Vamos Tambor, Padre nuestro que estas en los cielos...
Otro día, Marina le pidió a su mi madre un papel. Mi hermana Vivi se lo dio y vio como la niña le ponía un boli al conejo y le decía: Venga Tambor, la letra A. No, así no.

Lo último ha sido dejar al conejo en el suelo y, Marina desde el sofá lo llamaba intentando que el conejo (uno de esos enano) suba solo escalando, como en el Everest.

Yo creo que, al final, el conejo va a aprender un montón de cosas y que, mi sobrina va a ser profesora.

viernes, 5 de marzo de 2010

LA VEZ QUE TRIUNFÉ Y LA CAGUÉ MÁS RÁPIDO EN TODA MI VIDA

Estaba de viajes de estudios en Italia (en Semana Santa del 95) y con los que me juntaba nos dedicábamos a decir palabras en italiano del tipo: Bona sera, arriverdeci,etc.
Una compañera del viaje, que ya había estado en Italia más veces, me dijo que un piropo que le habían dicho a ella una vez era: Tu se el monumento piu bello que he visto en questo viagio (seguro que no se escribe así, pero no tengo tiempo de mirar en internerr).

Total que el día que estábamos en Venecia teníamos discoteca por la noche. Nos llevaron a una en la que estaban todos los españoles. Mis amigos y yo teníamos petacas y, ya en el hotel, bebimos bebidas espirituosas. Uno de mis amigos se puso a bailar, ya entrada la noche, resbaló de la tajá que llevaba y se partió la pierna.

Yo sólo me emborraché, cosa que me desinhibió bastante. Me presenté a una muchacha morena que dijo que era de Jaén y le dije que yo era italiano. No sé como pero se lo creyó, y nos pusimos a hablar, yo en italiano por supuesto.

Estábamos bailando y bebiendo y le dije lo de: Tu se el monumento piu bello que he visto en questo viagio. La cosa no iba mal, pero de la tajá que llevaba me empecé a reír al pensar en que había hecho crear a una española que yo era italiano. Fue entonces cuando, al verme reír, la chavala me preguntó que qué me pasaba y le dije que era español y que le había gastado una pequeña broma. No, no le hizo ni puñetera gracia, y me mandó a paseo. A mí me dio igual porque ya he comentado que iba un poco cargado de alcohol. Y así fue como triunfé y la cagué tan rápido que casi ni me dí cuenta.

martes, 2 de marzo de 2010

SUCESOS MORTALES


No he contado que un día de verano mi mae fue al mercadillo de Otura a comprar y volvió con un pollo rosa, sí habeis leido bien, rosa.
Había comprado una docena de huevos y le habían regalado un pollo de colores, ella dijo que no lo quería, pero el vendedor la convenció diciendo que no duraban más de 2 días. (¡Qué curioso! Exactamente igual que le pasó a la madre de Mª Rosa en Salomar 2000).
En aquella época (1993 o 1994) ya teníamos a Paskel, el perro raza gitana que nos dieron. Era negro con una mancha blanca en el pecho. No diré más aunque me lo pidais, porque sería comprometerme. El tema es que intentamos que se hicieran amigos, dejábamos al pollo rosa cerca de Paskel para que jugaran juntos.
Una tarde estábamos viendo la tele y cogí el pollo y me lo puse en el pecho, estaba sin camiseta y el pollo se acurrucó encima de mi ombligo, al poco se me cagó encima, que gracia.
Otra tarde, y eso quiere decir que duró por lo menos un par de semanas, estaba en el cesped al lado de mi piscina con Alfonso (seguro que se te había olvidado, pero para eso esto yo, para recordártelo) y Alfonso cogió el pollo para jugar, hasta que le vomitó encima del bañador, uooo.
Una tarde nos fuimos todos y dejamos sólos al perro y al pollo. Craso error, el perro finalmente decidió jugar con el pollo (no recuerdo su nombre, pero yo lo habría llamado Jankel)y, cuando llegamos el cuerpo del pollo estaba en un sitio y su chola en otra. Lo enterramos y desde entonces, no hemos vuelto a tener un pollo.
Excepto el perro-que se escapó-se murieron, suicidaron o les asesinaron, a todos los animales que tuvimos.