viernes, 12 de marzo de 2010
HAY QUE ENSEÑAR A LOS NUEVOS
Ya sé que no me prodigo en el blog como antes, pero la vida es así, unas veces tienes más tiempo, otras veces menos, y otras ...
Tengo autorización para contar lo que voy a contar. Ya he contado varias cosas sobre mí y mis hermanos, y se ve que no somos muy normales, somos diferentes, nos pasan cosas y tenemos ocurrencias extrañas.
Mi sobrina Marina tiene un conejo. Tenía unos peces pero, ya no los tiene. LE ha puesto de nombre Tambor, como el de Bambi.
El conejo no se aburre, dice mi hermana Vivi que el otro día le dijo a su hija que se fuera a dormir y, Marina se llevó al conejo, lo puso a los pies de la cama y le dijo: Vamos Tambor, Padre nuestro que estas en los cielos...
Otro día, Marina le pidió a su mi madre un papel. Mi hermana Vivi se lo dio y vio como la niña le ponía un boli al conejo y le decía: Venga Tambor, la letra A. No, así no.
Lo último ha sido dejar al conejo en el suelo y, Marina desde el sofá lo llamaba intentando que el conejo (uno de esos enano) suba solo escalando, como en el Everest.
Yo creo que, al final, el conejo va a aprender un montón de cosas y que, mi sobrina va a ser profesora.
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