Mi hermana Vivi me contó que le contaron que alguien se bajó en su moto un fin de semana de copas a la playa. A las tantas de la noche se subió a Granada bebido y a toda velocidad. Cuando ya estaba llegando a la ciudad le paró la Guardia Civil. El tío paró, se quitó el casco y mientras le daba el pirulo para chupar (perdón soplar) le iban diciendo que le iban a poner una multa por exceso de velocidad. Cuando el tío termino de soplar los pikoletos vieron que daba positivo y se lo dijeron a lo que el tío contestó: Señor agente, ¿esto no influyirá en la multa verdad?. Los pikoletos se hartaron de reír y no me acuerdo si le inmovilizaron la moto o le dejaron irse a su casa a dormir la mona.
Otro día mi hermana Cristina me contó que en una moto iba una pareja con su perrillo chico encima del depósito de gasolina a toda velocidad por la autovía. No lo sé pero juraría que me dijo que el perrete llevaba casco. Los pikoletos again, los paran y les piden los papeles, el agente vio al perro y les dijo que no podían llevarlo encima del depósito, a lo que el conductor de la moto contestó: Agente el perro toma las curvas mejor que usted y que yo, así que no me diga que no puede ir ahí.
Lo peor de todo es que son historias verdaderas.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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