Hace poco una compañera dio a luz una niña, y me acordé de cuando nació mi hermana Cristina.
Mis padres nos sentaron en el sofá por edad, 1º mi hermana Vivi, luego Fali y, por último yo que tenía 4 años.
La verdad es que hacía ilusión, era tan chica, pero luego creció, y se hizo más grande.
Cuando ya andaba, mi hermano Fali y yo hacíamos de caballito de mi hermana Cristina (la verdad es que es difícil que me acuerde de esto, lo mismo me lo han contado) y, una de las veces trotando por el pasillo, la muy jincha para que fuera más rápido me tiró de los pelos.
Me hizo un daño tremendo, pero ella se lo pasaba como una enana.
También me acuerdo de esas carreras que echaba con mi hermano Fali desde el final del pasillo hasta la entrada del cuarto de estar donde teníamos otro sofá. Pillábamos carrerilla y, cuando llegábamos al sofá hacíamos el pino en el brazo del sofá y caíamos de espalda haciendo que retumbase la casa.
Lástima que mi madre nos pillara, sino habríamos conseguido nuestro objetivo: reventar los muelles del sofá.
viernes, 5 de junio de 2009
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