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martes, 10 de marzo de 2009

EN TOM SAWYER

Ya desde niño me ha gustado contar historias, aunque las cuente a mi manera.

Con 10 años, creo, en el descampado de al lado de casa de Alfonso, estaba con mi hermano y una vecina, Raquel. No sé que película habíamos visto, pero yo estaba superflipao y se la contaba a todo el que se me ponía por delante.

Me puse a contarle a Raquel la película y no paraba de decir: Entonces el protagonista..., entonces va y ..., entonces ....
Hasta que Raquel me dijo: ¡Calla ya, Entonsaller!

Yo me quedé hecho polvo, pero nos partimos el culo de risa. Desde "entonces" he intentado cambiar mi manera de contar historias, aunque no sé si lo he logrado.

CONTIGO NO BICHO

Otro supervideo friki que me ha enseñado Ramón, que gran fuente de diversión es Interneerrr



De regalo, el video de la socorrista de: La he liao parda:

GAMBERRADAS JUVENILES

El otro fin de semana, estuve haciendo repaso con mi hermano Fali de pillerías varias en los veranos Otureños(entre el 88 y principio de los 90).

Recordamos que, en la urbanización de en frente, Los Girasoles, estaban construyendo unos Chalets, y los fines de semana que no estaban los albañiles íbamos allí a jugar: él, Alfonso, mi hermana Cristina, no sé si Eduardo, Celestino, José Manuel, las de enfrente y yo.

Una de las veces, había una grúa de esas de metal para subir material a las plantas de arriba, y a mi hermano se le ocurrió coger los fusibles del mando que la manejaba y tirarlos a una acequia que pasaba por allí.

Ja,ja, que gracia. Lo mejor fue que, al día siguiente, que yo no fui, mi hermano y Alfonso fueron a jugar por allí, y los albañiles, cuando los vieron los trincaros y les gritaron que ¿dónde estaban los fusibles? y que de allí no se movía nadie hasta que aparecieran. Alfonso y mi hermano Fali se acojonaron bastante y, como pudieron, escaparon de allí.

No contentos con la experiencia, otra vez, en otra urbanización había una polea con motor en el balcón de la casa que estaban construyendo. Los fusibles estaban puestos y funcionaba, así que nos subíamos en la polea y otro le daba al botón hasta que llegábamos a la planta de arríba. Si es que tenía que haber sido albañil, ¡coño, si trabajo en una constructora!