jueves, 21 de mayo de 2009
PIQUE (QUE NO PICO) DE SANGRE
La verdad es que repasando mi vida, me han pasado cosas bastante curiosas.
Todos los años, durante una semana, iban a las Facultades los del SAS para recoger sangre.
Yo me hice donante y cada curso, a mitad de tarde si tenía hora libre me iba con alguno de mis compañeros a merendar, sí, porque después de donar te daban refrescos, maritoñis, caracolas, zumos y un boli de regalo.
Un año salimos el Charlie y yo y nos fuimos al chiringuito que tenían montado en medio de la entrada. Entramos al mismo tiempo, nos pusieron la bolsa y, nos miramos.
Charlie dijo: ¡A ver quién la llena antes!, y se puso a abrir y cerrar la mano como un loco. Claro, yo no podía hacer otra cosa que imitarle e intentar con todas mis fuerzas llenar esa bolsa transparente del rojo líquido que corre por mis venas.
Conclusión:Charlie pesaba cerca de 100 kilos, y yo 80 y tantos, se ve que la sangre le salía a borbotones y llenó antes la bolsa, no recuerdo cuanto nos apostamos (seguramente nada) pero nos lo pasamos muy bien.