Hace 8 años por lo menos, quedamos el Javi y yo para irnos con las bicis.
Él vivía en Loma Linda(Ogijares), y yo estaba en Otura. Pensamos que sería una ruta superguapante(es más que sólo guapante) irnos al río Dilar.
Yo me lo conocía como la palma de la mano de esas excursiones veraniegas que hacía con mis hermanos y vecinos.
Creo que sería por mayo, el agua del río Dilar está fría todo el año, pero en verano se puede uno bañar. El caso es que llegamos a una parte en que el río cubría el camino. Qué dilema: cruzar o no cruzar. Le echamos huevos y cruzamos. Javi tiró montado en la bici y creo que tuvo que apoyar un pie. Yo, que me creo que soy más listo, pero no lo soy, me quité las deportivas y los calcetines para que no se mojaran.
Metí el pie, y sentí como si me lo hubiesen cortado, aplastado, triturado y yo que sé cuantas cosas más. Se ve que Sierra Nevada se estaba descongelando en aquel preciso momento y, me tuvo que tocar a mí meter el pie.
Tardó un rato en pasarse el efecto de que no tenía pie, y nos dimos la vuelta y tiramos para otro lado.
Desde entonces, no he vuelto a ir por ningún río.
Que se prepare Mª Rosa, que dentro de poco va a tener bici...
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